Como propietario de un negocio, usted está atento a las amenazas externas (ciberataques, competidores, delincuentes, etc.), pero ¿qué pasa con el enemigo interno?
El desvío acumulativo o fraude ocupacional, es un ladrón silencioso que cuesta a las empresas millones de dólares anuales. ¿La pérdida media por caso? La asombrosa cifra de 145.000 dólares. Esto no es solo un problema financiero; es un desafío de liderazgo.
Esquemas de fraude como las estafas de facturación, donde los empleados crean facturas falsas, o el fraude de nómina, donde se paga a empleados fantasmas, prosperan en entornos sin control.
Considere un minorista de tamaño mediano que perdió 500.000 dólares en tres años a causa de un gerente de confianza que aprobó pagos ficticios a proveedores. Las señales de alerta (sobrecostos presupuestarios inexplicables, gastos excesivos de los empleados) se pasaron por alto porque nadie las vio. Entonces, ¿cómo detener esto?
Primero, implemente la segregación de funciones. Ningún empleado debería controlar la facturación, las aprobaciones y los pagos.
Segundo, invierta en software de detección de fraude que detecte anomalías, como pagos duplicados.
Tercero, realice auditorías sorpresa: detectan el 30% de los fraudes a tiempo.
Estas medidas no solo protegen, sino que también son rentables. Las empresas con controles sólidos reportan un 50% menos de pérdidas por fraude.
El verdadero costo del fraude no es solo financiero: es la traición a la confianza y el daño a su reputación. Como líder, usted marca la pauta. Priorice la transparencia y la rendición de cuentas, y no solo ahorrará dinero, sino que también creará una cultura que disuade a los estafadores. No espere a una crisis para actuar.
“Su empresa podría estar perdiendo miles de dólares por fraude ahora mismo, y puede que ni siquiera lo sepa. ¡Lea cómo detenerlo!”
“¿Qué consejo de prevención del fraude pondrá en práctica primero?
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